Aunque el vanguardismo no nació como una corriente estética, en primer lugar, el origen del término está en las palabras francesas avant-garde, un concepto del lenguaje militar que hace alusión a la parte más adelantada del ejército. De este modo, por vanguardia se designaría todo aquello que está por delante de las tendencias, lo último de lo último, lo más innovador, lo recién creado.
En el mundo de la decoración, el vanguardismo intenta luchar contra lo antiguo, contra lo naturalista, contra todo lo que se relacione con el arte burgués. Por eso, las primeras reacciones de esta tendencia están repletas de actos y gestos de impacto social, como expresión de un profundo rechazo a la cultura burguesa. Los muebles de aquellos años son, actualmente, clásicos que no dejan de reeditarse. De este modo, las viviendas denominadas 'vanguardistas' están dominadas por una arquitectura marcadamente urbana con toques asimétricos y por un interiorismo poco recargado pero con elementos que buscan el choque visual.
En esta imágen se puede notar claramente el estilo vanguardista, en el manejo del mobiliario, además de esto podemos observar que el espacio constituye un loft, que es un gran espacio con pocas divisiones, grandes ventanas y muy luminosos.
Lo que convierte a este espacio en un lugar REGIONALIZADO en donde todas sus areas se relacionan ya que la distribución interior generalmente se lleva a cabo mediante una estudiada disposición de los muebles, los tabiques son inexistentes, a excepción del que separa el cuarto de baño.
Son espacios , en los que el aire industrial es el protagonista del espacio. Los techos altos son su huella personal, y por ellos discurren instalaciones que, como las del aire acondicionado, lejos de disimularse, se potencian convirtiéndolas en focos decorativos absolutamente relevantes.
Este espacio es LISO ya que da la sensación de vacío, de pocas cosas, de poco tiempo, de vida rápida, de mucho trabajo, de vida actual, en el cual las reglas se las hicieron para romperlas, para no respetarlas.